A Coruña.

La obra de Nacho Casteleiro se caracteriza por una libertad instintiva donde el accidente, el color y el trazo adquieren un protagonismo vital, permitiéndole explorar una pintura viva, honesta y visceral. A través de su serie Klimt, que combina realismo con una profunda carga emocional, hasta sus piezas más abstractas, Casteleiro demuestra un dominio del lenguaje visual que no se conforma con etiquetas ni límites, sino que se reinventa constantemente.

Su enfoque artístico parte de una necesidad interior de experimentar, de abrir caminos inesperados dentro del acto de crear. Para él, cada lienzo es un territorio por descubrir, una oportunidad para dialogar con lo desconocido. Esta actitud, más que un método, es una filosofía: pintar es introspección, es explorar el alma y reflejarla con sinceridad. En cada obra, Casteleiro busca establecer un vínculo auténtico con quien la observa, haciendo de la pintura no solo un fin estético, sino una experiencia profundamente humana y reveladora.